No hay nada que vuelva más locos a los niños que la repostería, y como no, especiamente las galletas... Y no hay nada que discutir porque, ¡Todas están buenísimas!

Pero si ya una galleta hace ilusión a un niño, ¿que no hará una galleta finamente decorada con glasé? Tan linda, tan llena de vida y color,... ¡da pena hasta comerlas!
Así que cuando mi amiga Nieves me comentó de hacer las galletas para el cumpleaños de su hijo, Jorge, ¡no lo dudé ni un segundo! Porque lo mio por la repostería no es un simple hobby, ¡es pasión! 
Y aunque es mi primer encargo oficial, y ha costado mucho tiempo y esfuerzo por su delicada elaboración, las he hecho con mucho cariño e ilusión, porque no hay nada mejor que ver sonreir a un niño.
Jorge cumple 7 añitos, y su mamá me ha dicho que han sido todo un éxito, así que ...
¡Feliz cumpleaños, Jorge!
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